lunes, 15 de diciembre de 2008

Historia de la Comunidad



Según el cronista Sr. Arguello:


Betijoque fue establecido en 1652. Su situación estratégica y militar fue bien utilizada por los españoles y patriotas, quienes tenían un lugar apropiado.
Betijoque es cuna de santos y sabios, puesto que en este lugar nacieron insignes personajes como, doña María Aracelis Alvares, cuyo nombre lleva actualmente el hospital de este municipio, el doctor José Gregorio Hernández, el venerable y el sabio Rafael Rangel.
Betijoque lleva el nombre del municipio Rafael Rangél en honor a este ilustre sabio, quien se destacó en las ciencias médicas pese a ser un humilde estudiante de Bioanálisis. Rafael Rangél estudioso, talentoso e investigador, descubrió el Necator Americano, producto de la anquilostomiasis, enfermedad que cobro muchas victimas en las zonas rurales del país.
Betijoque posee históricos lugares de gran valor, donde la mano del creador fue muy generosa dotándolos de invalorables y brillantes trujillanos que realizaron una gran labor

Según el cronista el municipio Rafael Rangel, fue visitado en 1539 por los Escuqueyes, indígenas los cuales le dieron el nombre de Betijoque que se deriva de un vocablo "Betit-snoppa" que significa Lugar donde existe o hay candela, según la tradición lugareña el nombre de Betijoque evocaría la figura del gran cacique Pitijoc luego los conquistadores realizaron una expedición de reconocimiento por las mesetas con el fin de encontrar una ruta comercial más cómoda hacia las tierras de la Sierra Nevada y que al mismo tiempo le facilitara la salida a las playas de Coquivacoa. Betijoque ofrecía a los visitantes una serie de atractivos turísticos como eran los Tiestos o Plan de los Indios sitio reconocido con un valor arqueológico.


Según la señora Fideligna Barazarte, nacida y habitante de esta comarca por allá en los años 50 Betijoque tenia una sola calle, la calle principal, según ella, esta carretera era totalmente de piedras, no existían tantos caseríos como en la actualidad, su clima era frío, y casi todo el tiempo estaba nublado, las personas sobre todo en épocas de semana santa compartían los diferentes dulces que en aquella época se elaboraban
Otro hijo de Betijoque es el señor Teódulo Zambrano, casi con las mismas expresiones de la señora Fideligna expresó “Yo recuerdo que me iba con mi papá para el conuco que teníamos allá en Pajuate (lugar agrícola de Betijoque), traíamos de toda clase de frutas y comida, recuerdo que mi papá traía aguacates para vender en pueblo, pero era tanta la cosecha, que casi todos tenían aguacates en las casas y teníamos que echárselos a la bestias (termino que se utiliza para referirse a los burros, y al ganado), lo único que si podíamos vender era el maíz, un palito (12 kilos y medio) costaba un céntimo. eso hace años, ahora no, todo esta más caro y difícil de encontrar, esos tiempos no volverán. Ahora a los jóvenes no les gusta sembrar, no les gusta comer sano”
La señora Berta Leal, también vive en Betijoque y nos manifestó “horita da pena ver tantos muchachos en las calles besándose y bebiendo miche, yo recuerdo que el único novio que tuve fue a mi viejo ( Macario Leal), le costó un ojo de la cara pa` poderme dar un beso, y eso tenia que ser delante de mi papá y en la mano, cuando uno se besaba en la boca era porque ya eran esposos y nada de estar en vendimias, nada de eso, todo el tiempo los hombres estaban jornaleando (trabajando en el campo).
Ahora Betijoque no es ni la sobra de lo que era antes, hay mucha bulla y ruidos en las calles, antes provocaba sentarse afuera a tomar fresco de la noche, horita hay que acostarse temprano”.